El por qué de esta maravilla:
Las tormentas solares, además de la luz, que tarda unos 8 minutos en llegar, lanzan partículas cargadas (plasma) que alcanzan nuestro planeta en unas 40 horas. Al llegar aquí el escudo magnético de la tierra las desvía hacia los polos, donde la menor protección magnética permite que estas partículas penetren la ionosfera y choquen con los átomos de oxígeno y nitrógeno que forman el aire. Con el choque, estos átomos se “excitan” y al “des-excitarse” y bajar su nivel de energía, la descargan en forma de luz, verde (la más común) y roja en el caso del oxígeno y azul o violeta en el del nitrógeno.
